martes, 27 de enero de 2009

Sistema Español de Trabajo

En el año 2006 se celebró una carrera de remo entre empleados de una empresa japonesa y de otra española. Se dio la salida y los japoneses empezaron a destacar desde el primer momento, llegando a la meta con una hora de ventaja sobre el equipo español.

La Dirección de la empresa española analizó las causas de tan amarga derrota y advirtió que el equipo japonés estaba compuesto por 10 remeros y un jefe de equipo, mientras que la tripulación española la componían 10 jefes de equipo y un remero, por lo que se decidió adoptar las medidas adecuadas.

En 2007, la tripulación japonesa llegó dos horas y media antes que la española, la Dirección se volvió a reunir y tras un sonoro rapapolvo a la Gerencia, concluyeron que los japoneses habían repetido la estrategia (10 remeros y un jefe de equipo), mientras que la innovadora tripulación española, remozada tras las eficaces medidas tomadas el año anterior, estaba compuesta por: 1 jefe de equipo, 2 asesores de Gerencia, 7 jefes de sección y 1 remero.

La conclusión de la Dirección fue unánime: el remero es un incompetente.

En 2008 tras encargar una innovadora trainera al departamento de nuevas tecnologías, la ventaja de los japoneses fue de 4 horas. El equipo directivo español, reunido para analizar las causas del nuevo desastre comprobó que el equipo nipón había optado por la ya tradicional formación (10 remeros y un jefe de equipo), mientras que el equipo español, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial del Departamento de Organización, optó por una formación mucho más vanguardista: 1 jefe de equipo, 3 jefes de sección con un plus de productividad, 2 auditores de Arthur Andersen y 4 vigilantes jurados de Prosegur que no quitaban ojo al único remero de la tripulación, al que habían amonestado y castigado quitándole los pluses e incentivos.

Tras varias horas de reuniones se acordó que para la regata de 2009, el remero fuese becario o en su defecto, una contrata externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla, se había observado cierta dejadez en el remero de plantilla, actitud que rozaba con el pasotismo y con comentarios del tipo 'va a volver a remar su puta madre' al llegar a la línea de meta.

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