Según la "Enciclopedia Definitiva de la Fantasía" ("The Ultimate
Encyclopedia of Fantasy"; David Pringle editor; ISBN: 1858683734),
la fantasía es la ficción de los deseos del corazón. Algunas ramas
de la ficción reciben su nombre por los temas que tratan (ciencia-
ficción) o por las emociones que suscitan (terror) pero la fantasía
"pura" va mucho más allá. Trata sobre cumplir los deseos, en concre-
to el anhelo del corazón humano de un mundo más amable, un ser me-
jor, una experiencia completa, una sensación de verdadera pertenen-
cia. Utilizando una antigua metáfora, la fantasía busca sanar el
erial. De hecho, recurrir a una metáfora antigua quizá sea la mejor
forma de tratar la fantasía, ya que la mayoría de las cosas que de-
finen este género se remontan a los comienzos de la humanidad.
Tenía pensado escribir un pequeño artículo sobre este tema, pero abrí
la mencionada enciclopedia en busca de ideas y me encontré que el
Maestro ya lo había hecho por mí en el prólogo. Aquí lo tenéis.
> Bienvenidos a la Cueva de la Tormenta. Nuestra habilidad para
> construir otros mundos nos hizo humanos. Muchos animales son lis-
> tos, pero hasta donde nosotros sabemos, nunca se les ocurren ideas
> sobre quién fabrica el trueno.
>
> A un proto-humano sí que se le ocurrieron, en alguna cueva azotada
> por la lluvia. Tuvo que haberle llegado como un relámpago. Puede
> que fuera un relámpago. De repente... dentro de su cabeza había
> gente en el cielo, y de repente había un lugar donde la gente iba
> al morir... y de repente había un enorme mundo fantasmal detrás de
> éste donde los colores eran más brillantes.
>
> Con el paso del tiempo, nuestro proto-humano descubrió que sus en-
> soñaciones no sólo proporcionaban explicaciones, sino que también
> le habían abierto el camino para conseguir un buen trabajo al calor
> del fuego y con todos los pedazos de mamut que pudiera comer. Había
> encontrado algo que valía más que la comida. La noticia se exten-
> dió. El segundo oficio más antiguo del mundo se convirtió en una
> industria creciente (el más antiguo es el de tallador de sílex, a
> pesar de lo que te hayan contado).
>
> Utilizaba un invento invisible que puso a los hombres en el camino
> de... bueno, de la humanidad, porque antes de poder cambiar el mun-
> do necesitas poder visualizar un mundo distinto. La imaginación, no
> la inteligencia, nos hizo humanos. Las ardillas son bastante inte-
> ligentes en lo que concierne a las avellanas, pero hasta donde no-
> sotros sabemos nunca han contado cuentos de un héroe que les robó
> las avellanas a los dioses.
>
> Esa habilidad nos ha proporcionado toda nuestra ficción y nuestra
> mitología. También la mayoría de nuestras religiones, porque des-
> pués del éxito de "Lo que es el trueno" y su secuela "Cómo conse-
> guimos el Fuego", que rompió records de monton-de-costillas-de-
> mamut-jugosas, a algún aprendiz listo con la frente como un balcón
> se le ocurrió el increíble "Podemos conseguir que el Tronador deje
> de hacernos daño si hacemos Estas Cosas Especiales", seguido de
> "Somos la Gente Verdadera y somos mejores que la gente del valle
> de al lado porque nosotros hacemos Estas Cosas Especiales". De re-
> pente, la vida era mucho más interesante aunque, para la gente del
> valle de al lado, iba a ser algo más corta.
>
> De repente, la vida era un cuento. El Homo Sapiens se convirtió en
> Homo Narrans, "el hombre cuentacuentos"; el resto es, literalmente,
> historia.
>
> Somos criaturas de fantasía. Pasamos mucho tiempo en ese enorme
> mundo fantasmal de los colores brillantes, y una parte de él es lo
> que llamamos "civilización". Los músculos mentales que hinchamos
> con el aeróbic de los dioses y los héroes han continuado inventan-
> do nuevas fantasías ("justicia natural", "expropiación", "derechos
> humanos") a las que hemos conferido algo que se acerca a una forma
> sólida. Flotamos por el frío y oscuro universo sobre una balsa de
> fantasías, de "cosas inventadas".
>
> Resulta extraño, entonces, que la fantasía descarada siga provo-
> cando nubes de desaprobación. Pero algunos de los motivos son fá-
> ciles de ver, incluso en estas páginas. La mera cantidad, por
> ejemplo. El contar y recontar. Todos esos mundos nuevos y héroes
> eternos. La sugerencia de que este mundo podría ser otro completa-
> mente distinto siempre molesta a los que están contentos con cómo
> son las cosas. Los cuentos con imaginación suelen inquietar a aque-
> llos que no la tienen. Los gobernantes recelan de nuevos mundos
> en los que no impera su mandato. A los carceleros no les gusta
> el escapismo. Probablemente el hombre de la cueva se llevó alguna
> zurra de los líderes del clan. Contar cuentos puede ser peligroso.
>
> Y ahora, bienvenidos al mapa de los sitios invisibles... Y pásame
> las costillas de mamut, por favor.
>
> - Terry Pratchett.
-+-
Miss Susan Sto Helit [klatchian@gmail.com]
extraido de :
E L P U E R C O E S P Í N
Boletín de la Legión Extranjera Klatchiana
(Sección en Lengua Castellana)
[71]
[Enero 07]
Si no sabes quien es Terry Pratchett ("el maestro") ni que es eso del Mundodisco desaparece y arde en los 2
3,Infiernos horrible persona ignorante. No, en serio, tú tambien puedes seguir con nosotros. Simplemente pincha
aquí antes.